viernes, 16 de mayo de 2008

LOS PREMIOS NOTARIOS DE HUMOR 2008

Por J. M. Varona “Ché”
Fotos Sebas

Coincidiendo con la VIII Muestra de Humor Social inaugurada el 24 de abril pasado, una vez más fueron concedidos los premios Notario de Humor –que en los últimos años viene otorgando la Universidad de Alicante- que en esta ocasión han recaído en los dibujantes Francisco Ibáñez padre artístico de Mortadelo y Filemón y Enrique Pérez colaborador del diario “Información” de Alicante y actual presidente de FECO España y en la revista satírica de humor “El Jueves” representada por su director, también dibujante, Albert Monteys.

Previo a la concesión de los premios y en el marco de la Sala Aifós de la UA en donde está instalada la citada Muestra, el 9 de mayo actual se celebró una mesa redonda que fue presentada por Carles Cortés Director del Secretariado de Cultura de dicha Universidad, en la que participaron Ibáñez, Monteys y Enrique Pérez que actuó como moderador, algunos de los autores de los dibujos expuestos, medios de comunicación y público en general. La mesa que fue todo un éxito, no pudo discurrir en un ambiente más agradable y simpático gracias al buen hacer y a la buena disposición que mostraron los allí presentes.

En respuesta a las numerosas preguntas, Francisco Ibáñez comentó que se había sentido muy a gusto en el pasado año en Valencia en donde se le dedicó una falla –que fue premiada-, con la que disfrutó muchísimo sobre todo a la hora de ver como ardían aquellos personajes más bien bordes, que no le habían permitido jubilarse todavía. También dijo que la promesa que hizo de dedicar un álbum a la fiesta de la Fallas seguía en pie. En su larga vida de profesional, él se había visto siempre rodeado de grandes dibujantes por los que sentía una gran admiración –Escobar, Cifré, Conti, Peñarroya entre otros- pero que lo suyo había perdurado en el tiempo por que había cuidado mucho el guión procurando no reiterarse, lo que había llegado a los chavales que al final son los mayores críticos, y también por su capacidad para estar tocando siempre cosas de actualidad –lo último El 2 de Mayo y las Olimpiada de China-. Antes se hacían muchos tebeos que servían para que los niños se aficionaran a la lectura, digiriendo de forma fácil esos “bichitos” que son las letras que están dentro de los bocadillos de los tebeos; ahora la cosa era distinta, a los niños de este tiempo lo que le va es la pantalla; la que sea: ordenador, play. Añadió que a la hora de dar vida a sus personajes, nunca había buscado gente especial sino tíos vulgares muy lejos de los clásicos héroes; pero eso sí, siempre un tanto “cabroncetes”.

Hace años –en la época de la Dictadura- hubiese sido inútil por la censura, haber creado un personaje llamado Paco. Recuerda que aparte de los habituales Mortadelo y Filemón tenía personajes queridos, entre ellos el botones Sacarino (no en vano en sus tiempos mozos había sido botones de un banco). Comentó igualmente, que no siempre le venía la inspiración y cuando eso ocurría se ponía delante de un papel en blanco y pensaba en el Dr. Bacterio, que era una mina sin duda porque a partir de ese momento, las ideas fluían como un torrente. Mucho tiempo antes de haber ocurrido los actos terroristas de las torres gemelas, Ibáñez había dibujado un avión a punto de estrellarse con una de las citadas torres, por lo que algunos pensaron que tenía poderes adivinatorios; incluso hubo alguien que llegó a pedirle la combinación de la Primitiva del día siguiente. También le preguntaron si iba a diseñar juegos para las plays; contestó que si de él dependiera, iba a ser muy difícil. Agregó que sus fuentes de inspiración estaban en la radio, prensa, televisión, en los políticos; en resumen, en las cosas de cada día: todos le daban ideas sin cobrar por ello royalties; un verdadero “chollo”. En una ocasión, le confundieron con el cantautor Paco Ibáñez, la conversación telefónica fue muy bien en cuanto a entendimiento, hasta que le preguntaron si la guitarra la ponía él o ellos. Igualmente salió a la palestra, el tema de la película de Mortadelo –hacía referencia a la primera- que había sido todo un éxito (al tiempo que “Torrente” de Santiago Segura), cuando le presentaron al artista le dijeron que iba a representar a su personaje preferido, Ibáñez afirmó que de representar nada: aquel señor que tenía delante era el verdadero Mortadelo.
Para acabar se le dijo que mucho meterse con sus personajes y con lo que no le permitía cambiar de vida, pero que aquello debería ser otra cosa porque daba la impresión, de que en el fondo lo que le iba era la “marcha” en la que estaba inmerso, porque él, a pesar de los posibles inconvenientes, seguía con su ritmo, y además, con la sonrisa en los labios. Reconoce que muchas veces había pensado en dejarlo todo y en las cosas distintas que haría a partir de ese momento, pero también pensaba que esas cosas apenas iban a interesar a nadie, por lo que no tenía más remedio que seguir adelante, en este momento, con lo que tiene entre manos; al menos mientras el cuerpo aguante.

Las preguntas a Monteys, en especial, estuvieron relacionadas con el conflicto creado por la famosa portada –de Guillermo y Manel- en la que estaban los Príncipes de Asturias en actitud comprometida y que terminó con el secuestro de la revista “El Jueves”. Sobre el particular ellos no pensaban que la cosa iba a provocar tanto revuelo, y que suponían que no estaba en el interés de la Casa Real en que las cosas ocurrieran como ocurrieron, porque gracias a ello, todo el mundo se enteró de algo que se hubiese quedado solo a nivel de mercado interno, tal como había ocurrido con otra viñeta, prácticamente igual, publicada tiempo atrás con la misma escena, pero en aquella ocasión con Álvarez Cascos y su compañera como protagonistas. Puede decirse que el hecho fue una bendición a nivel económico y desde el punto de vista del marketing, ya que se vendieron 120.000 ejemplares y solo se retuvieron unos 100 ejemplares, y “El Jueves” se hizo famosísimo porque el asunto dio la vuelta al mundo, aunque tuvo su parte negativa pues ahí quedan unos compañeros imputados y todo lo que eso significa a la hora de sacar un pasaporte o a la hora de adoptar un niño, entre otras cosas. Ellos a pesar de todo, tuvieron la ventaja de que colaboraban en un medio conocido que originaba simpatías incluso entre policías y jueces, lo que hizo la situación fuera más llevadera. El problema está cuando hay por medio publicaciones y dibujantes más modestos –caso de Lamber en Sagunto con un dibujo sobre el Teatro Romano- en el que las cosas pueden discurrir de forma distinta. También se habló de cuando tuvo lugar la “movida” sobre las caricaturas de Mahoma; ellos sacaron una portada en la que decían que “se habían c.”. Pasado el tiempo, Monteys piensa que en aquella ocasión se habían equivocado porque lo que el lector de “El Jueves” pedía, era un acto de valentía; un acto comprometido, que ellos no supieron tener en cuenta. Si en cambio se metieron con Ariel Sharon con una caricatura en la que le representaban con cara de cerdo, cuyo autor fue Vizcarra, el cual –en gran parte por culpa de sus bromistas compañeros que le metieron miedo- vivió un tiempo asustado; creía ver bombas hasta debajo de su cama.

Aunque no estaba en el programa, al final de la mesa redonda, les cayó –en especial a Ibáñez- el clásico aluvión de forofos, que con sus tebeos y papeles en blanco, pedían dibujo y firma a los invitados.

A continuación tuvo lugar una comida homenaje a los premiados que fueron acompañados por autoridades de la Universidad de Alicante y algunos de los autores de obras expuestas: Elena Ospina, Gab, Harca, Lamber, Lanzón, Nerja, Sánchez, Ortifus, Moreno, Piedecausa, Sebas y Che. También estuvieron presentes, entre otros, la esposa e hija mayor de El Keto -recientemente fallecido- lo que fue aprovechado, con unas emotivas palabras, para recordar al compañero desaparecido, a pesar de lo cual mantiene colgados sus dibujos en la exposición. También se aprovechó el momento para la entrega de los “Nasostis” (una figura diseñada por Ortifus) y de la beca que les acredita como Notarios de Humor, a Francisco Ibáñez, Albert Monteys y también a Enrique Pérez (esta última entrega fue una sorpresa, ya que el hecho se había ocultado hasta el final), que fueron entregados por Jesús Pradells Vicerrector de Extensión Universitaria, Carles Cortés Director del Secretariado de Cultura y Josefina Bueno directora del Secretariado de Extensión Universitaria, todos de la Universidad de Alicante.

El acto acabó y todos regresaron a sus lugares de origen, en donde quedarán a la espera de una nueva convocatoria que ponga en escena la IX Muestra de Humor y la concesión de los nuevos premios Notarios de Humor 2009.

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